Nuestro nuevo amigo peludo necesita un rincón de la casa en donde poder sentirse tranquilo y protegido. Tampoco olvidemos que es un miembro de la familia y que al igual que nosotros tenemos nuestra habitación, él también debería tener un huequecito con una cama o cojín en el que dormir para que así tampoco sientan la necesidad de apropiarse de camas o sofás.
En este espacio, podemos disponer de una cesta o caja de madera para poder tener más organizado y recogido todas sus cosas, como mantas, juguetes, correas… Si no tenemos suficiente espacio de suelo, siempre podemos optar por la idea de un estante o colgador. Además de esto, siempre es buena idea tener cerca de la entrada un lugar donde guardar las bolsas de plástico para cuando vayamos a salir de paseo con nuestro perro y unas toallas para secarle o limpiarle las patas cuando volvamos.
También es una gran idea colocar un mantel de plástico o vinilo bajo sus cuencos de comida y agua para poder proteger mejor el suelo.
Por otro lado, si nuestra mascota es un gato es muy conveniente que tengamos un rascador donde ellos puedan afilarse las uñas. De esta forma, no se ensañará con nuestros muebles y ellos serán más felices. Además, hay que tener en cuenta que, a diferencia de un perro, los gatos no suelen salir de casa, así que necesitan un lugar de juegos como un trepador donde ejercitar su agilidad y realizar sus saltos acrobáticos. También necesitaremos colocarles una caja con arena en un espacio con una buena ventilación, así que si no tenemos terraza en la cocina deberemos buscar un lugar de la casa que reúna las condiciones óptimas. Para camuflar la caja hay unas cuantas ideas que se pueden aprovechar como incorporarla en un mueble o disimularla con algún elemento decorativo como una cortinilla que haga juego con los colores de nuestra casa. Otra opción es el uso de una caja higiénica cerrada que tenga un filtro desodorizante, y por supuesto, arena de larga duración que sea antiolores.